demasiado brillante,
demasiado hemoso.
Su luz iluminaba
todo un camino
cuajado de rosas.
Su calor calmaba
la sed de toda
una vida eterna.
Y yo, como siempre,
no lo creí,
o no quise siquiera
creer que era mío
y lo abandoné.
Vagué por caminos enfangados
de lodo y desesperación,
por rutas suicidas
de amor y de odio,
por sendas malditas
donde se muere a solas
y nadie sobrevive
a la amargura del ayer.
Y yo, como siempre,
lo decidí,
sin pararme a pensarque otra vez me podía
estar equivocando.
El sol se fue lentamente de mi lado,
ahora brilla más que antes
aunque otro lo ha tomado.
De nuevo, el recuerdo
de ese sol embriagador
anula todo mi ser...
y busco una paz que no encuentro
y busco una guerra que no quiero.
1 comentario:
¡Cuanta fuerza lírica!,
¡Cuánto candor a la vida, al mundo, al amor/desamor!
Privilegio de mente afortunada, suscitas lindos trovas de la nada.
Brilla una fuerza pasional que recolma lo tridimensional.
- historicasdecadiz-
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