Con anterioridad, en el año 2006, Mora publicó su primer libro, “Agua dulcemente dura”, en la Editorial Jizo de Granada, prologado por el también poeta Francisco Acuyo. Sus primeros poemas los publicó en los años 70 en la revista “Bahía” dirigida por Manuel Fernández Mota, además de en una antología de poetas andaluces aparecida en la editorial Akal y recopilada por Manuel Urbano; aparte de una mención hecha por Félix Grande en su ya antológico libro “Memoria del flamenco”, reeditado en múltiples ocasiones. La poesía de Ángel Mora es de una sencillez aplastante, a veces seca, fundada no en el descuido enrevesado sino en un trabajo de largo aliento sobre el lenguaje y la vida.
ALGUNOS DE SUS POEMAS
Teatro del absurdo
Ya estaba abierto el telón cuando llegamos.
El escenario era igual que el patio de butacas:
sólo había sillas, sillas y un piano sin teclas.
Y una cantante calva. Y un reloj blando.
Los actores se mezclaban con el público
haciéndolo protagonista de sus historias bufas.
Parecían personajes reales,
sobre todo el que lloraba todo el rato. Y el que reía.
Nunca supimos el nombre del autor
ni qué mensaje ocultaba la obra.
Bastante fue tener que soportar
su extraña trama, su urdimbre oscura.
Surrealismo
Ceci n'est pas une pipe
Magritte
Esto no es un poema, está bien claro.
No aclara lo que lees, obviamente.
Si debajo de estos signos se oculta
otro paisaje, nada tengo que ver:
no soy poeta, yo tan sólo escribo.
Poetas los de antes, casi muertos
todos, casi muertos vivos, divinos.
Estas letras que pasan sucesivas,
huella tras huella para que me encuentres,
me las dicta un fantasma, no son mías:
Mío el papel, la mano que las fija.
Nada van a decir que no esté dicho.
Llegan mudas y avanzan en la niebla.
Nada es real. Esto no es un poema.
Telegrama
Llegaremos en cualquier momento. STOP.
Esperamos veros de nuevo. ¡Que estéis allí!
Salid a recibirnos en la frontera. STOP.
Vestíos igual que cuando éramos jóvenes:
camisas de flores y pantalones vaqueros;
así os recuerdan siempre nuestros corazones.
Será como cruzar un puente, pasar un río. STOP.
Lo importante es que estemos todos juntos
en otra nueva aventura. STOP.
¡Esperadnos! Sería impensable que nadie
hubiese allí, al otro lado de la barrera. STOP.
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