Admirada por su talento y por la sensualidad de sus versos, la prematura y trágica muerte que hace de ella toda una leyenda, no impidió que se publicaran tres poemarios que llamaron la atención de sus contemporáneos y que desconcertaron a la sociedad uruguaya de su tiempo.
Elogiada por Rubén Darío -que escribió el «Pórtico» de su libro Los cálices vacíos-, y por otros intelectuales del momento, la retórica modernista en ella va dejando paso a una nueva visión del lenguaje erótico, la del deseo femenino, que chocó con los códigos tradicionales de su entorno y que fue creando una escuela entre las voces
femeninas que retoman su legado.
Sin duda, el episodio del asesinato de Delmira Agustini a manos de su esposo alimentó la leyenda de su vida, rodeada de un aura de malditismo.
Los trabajos seleccionados aquí evidencian de qué manera en su poética fluye una corriente que trasciende esta leyenda, de modo que lo que podría considerarse como la melancolía de los decadentistas en ella no es otra cosa que el tenso deseo de alcanzar el ideal: ese sueño imposible que enfrenta las fuerzas destructivas y creadoras y que se proyectará en sus libros, especialmente en Los cálices vacíos, un poemario que escandalizó a sus contemporáneos por el tratamiento del erotismo.
La crítica subraya que Agustini es una de las voces modernistas de mayor vigencia y acaso la más próxima a las propuestas vanguardistas.
La poesía erótica de Delmira empieza a emerger en algunos poemas de El libro blanco; por ejemplo, se refiere al despertar sexual en poemas como «Explosión».
Sin embargo, se hace más palpable a partir de Cantos de la mañana (1910), hasta adquirir una textura erótica más clara en sus últimos libros.
Como ha enfatizado Anna Caballé, su poesía «desestabiliza el preciosismo modernista para dar cabida a una nueva visión del lenguaje erótico concebido por la imaginación de una mujer» (La vida escrita por las mujeres, III. La pluma como espada: Del Romanticismo al Modernismo, Anna Caballé (ed.), Lumen, Barcelona, 2004, p. 649).
Ciertamente, Delmira aporta una perspectiva jamás expresada -hasta ese momento- en la literatura hispánica: la
perspectiva del deseo femenino.
Cuando Carlos Vaz Ferreira, un distinguido crítico uruguayo de su tiempo, leyó El libro blanco de Delmira Agustini -publicado en Montevideo en 1907 a la edad de 21 años- dirigió a la joven poeta una carta en la que le decía
cómo ha llegado usted, sea a saber, sea a sentir, lo que ha puesto en ciertas páginas, es algo completamente inexplicable.
El buen señor no había advertido que la poesía no brota necesariamente de la experiencia, sino también del sueño y del deseo, y que su origen, de acuerdo con Rimbaud, se encuentra en la fusión del ver y del creer.
Pero si los críticos más avisados de su tiempo no estaban capacitados para entender que lo que la poesía narra muchas veces no lo vemos con nuestros ojos, sino con nuestro espíritu, imaginemos el impacto que los versos apasionados y sensuales de esta joven rubia y delgada, casi etérea, que había nacido en 1887 en el seno de una familia de la alta burguesía del país, causarían en la sociedad uruguaya de principios del siglo XX que se preguntaba asombrada cómo aquella niña podía crear esos poemas ardientes cargados de erotismo, donde el amor se transfiguraba en rito y el lenguaje en ritmo y metáfora para dejarnos ver el alma de una mujer sensual que, en el contexto de una sociedad patriarcal, como la latinoamericana, se atrevía a escribir sobre temas tabúes como el deseo, el cuerpo y el placer.
Esta información ha sido recogida del CENTRO VIRTUAL CERVANTES
Pero si los críticos más avisados de su tiempo no estaban capacitados para entender que lo que la poesía narra muchas veces no lo vemos con nuestros ojos, sino con nuestro espíritu, imaginemos el impacto que los versos apasionados y sensuales de esta joven rubia y delgada, casi etérea, que había nacido en 1887 en el seno de una familia de la alta burguesía del país, causarían en la sociedad uruguaya de principios del siglo XX que se preguntaba asombrada cómo aquella niña podía crear esos poemas ardientes cargados de erotismo, donde el amor se transfiguraba en rito y el lenguaje en ritmo y metáfora para dejarnos ver el alma de una mujer sensual que, en el contexto de una sociedad patriarcal, como la latinoamericana, se atrevía a escribir sobre temas tabúes como el deseo, el cuerpo y el placer.
Y era mi mirada una culebra
apuntada entre zarzas de pestañas,
al cisne reverente de tu cuerpo.
Y era mi deseo una culebra
glisando entre los riscos de la sombra
a la estatua de lirios de tu cuerpo.
apuntada entre zarzas de pestañas,
al cisne reverente de tu cuerpo.
Y era mi deseo una culebra
glisando entre los riscos de la sombra
a la estatua de lirios de tu cuerpo.
Tú te inclinabas más y más... y tanto,
y tanto te inclinaste,
que mis flores eróticas son dobles,
y mi estrella es más grande desde entonces.
y tanto te inclinaste,
que mis flores eróticas son dobles,
y mi estrella es más grande desde entonces.
Íntima
Yo te diré los sueños de mi vida
En lo más hondo de la noche azul...
Mi alma desnuda temblará en tus manos,
Sobre tus hombros pesará mi cruz.
En lo más hondo de la noche azul...
Mi alma desnuda temblará en tus manos,
Sobre tus hombros pesará mi cruz.
Las cumbres de la vida son tan solas,
Tan solas y tan frías! Yo encerré
Mis ansias en mí misma, y toda entera
Como una torre de marfil me alcé.
Tan solas y tan frías! Yo encerré
Mis ansias en mí misma, y toda entera
Como una torre de marfil me alcé.
Hoy abriré a tu alma el gran misterio;
Ella es capaz de penetrar en mí.
En el silencio hay vértigos de abismo:
Yo vacilaba, me sostengo en ti.
Ella es capaz de penetrar en mí.
En el silencio hay vértigos de abismo:
Yo vacilaba, me sostengo en ti.
Muero de ensueños; beberé en tus fuentes
Puras y frescas la verdad: yo sé
Que está en el fondo magno de tu pecho
El manantial que vencerá mi sed.
Puras y frescas la verdad: yo sé
Que está en el fondo magno de tu pecho
El manantial que vencerá mi sed.
Y sé que en nuestras vidas se produjo
El milagro inefable del reflejo...
En el silencio de la noche mi alma
Llega a la tuya como un gran espejo.
El milagro inefable del reflejo...
En el silencio de la noche mi alma
Llega a la tuya como un gran espejo.
Imagina el amor que habré sonado
En la tumba glacial de mi silencio!
Más grande que la vida, más que el sueño,
Bajo el azur sin fin se sintió preso.
En la tumba glacial de mi silencio!
Más grande que la vida, más que el sueño,
Bajo el azur sin fin se sintió preso.
Imagina mi amor, mi amor que quiere
Vida imposible, vida sobrehumana,
Tú que sabes si pesan, si consumen
Alma y sueños de Olimpo en carne humana.
Vida imposible, vida sobrehumana,
Tú que sabes si pesan, si consumen
Alma y sueños de Olimpo en carne humana.
Y cuando frente al alma que sentía
Poco el azur para bañar sus alas,
Como un gran horizonte aurisolado
O una playa de luz, se abrió tu alma:
Poco el azur para bañar sus alas,
Como un gran horizonte aurisolado
O una playa de luz, se abrió tu alma:
¡Imagina! ¡Estrechar vivo, radiante
El imposible! ¡La ilusión vivida!
Bendije a Dios, al sol, la flor, el aire,
¡La vida toda porque tú eras vida!
El imposible! ¡La ilusión vivida!
Bendije a Dios, al sol, la flor, el aire,
¡La vida toda porque tú eras vida!
Si con angustia yo compré esta dicha,
¡Bendito el llanto que manchó mis ojos!
¡Todas las llagas del pasado ríen
Al sol naciente por sus labios rojos!
¡Bendito el llanto que manchó mis ojos!
¡Todas las llagas del pasado ríen
Al sol naciente por sus labios rojos!
¡Ah! tú sabrás mi amor, mas vamos lejos,
A través de la noche florecida;
Acá lo humano asusta, acá se oye,
Se ve, se siente sin cesar la vida.
A través de la noche florecida;
Acá lo humano asusta, acá se oye,
Se ve, se siente sin cesar la vida.
Vamos más lejos en la noche, vamos
Donde ni un eco repercuta en mí,
Como una flor nocturna allá en la sombra
Yo abriré dulcemente para ti.
(De El libro blanco (Frágil), 1907)Donde ni un eco repercuta en mí,
Como una flor nocturna allá en la sombra
Yo abriré dulcemente para ti.
Tu boca
Yo hacía una divina labor, sobre la roca
Creciente del Orgullo. De la vida lejana,
Algún pétalo vívido me voló en la mañana,
Algún beso en la noche. Tenaz como una loca,
Seguía mi divina labor de roca.
Creciente del Orgullo. De la vida lejana,
Algún pétalo vívido me voló en la mañana,
Algún beso en la noche. Tenaz como una loca,
Seguía mi divina labor de roca.
Cuando tu voz que funde como sacra campana
En la nota celeste la vibración humana,
Tendió su lazo de oro al borde de tu boca;
En la nota celeste la vibración humana,
Tendió su lazo de oro al borde de tu boca;
-¡Maravilloso nido del vértigo, tu boca!
Dos pétalos de rosa abrochando un abismo.-
Dos pétalos de rosa abrochando un abismo.-
Labor, labor de gloria, dolorosa y liviana;
¡Tela donde mi espíritu se fue tramando él mismo!
Tú quedas en la testa soberbia de la roca,
¡Tela donde mi espíritu se fue tramando él mismo!
Tú quedas en la testa soberbia de la roca,
Y yo caigo, sin fin, en el sangriento abismo!
(De Los cálices vacíos, 1913)Lo inefable
Yo muero extrañamente... No me mata la Vida,
No me mata la Muerte, no me mata el Amor;
Muero de un pensamiento mudo como una herida...
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor
No me mata la Muerte, no me mata el Amor;
Muero de un pensamiento mudo como una herida...
¿No habéis sentido nunca el extraño dolor
De un pensamiento inmenso que se arraiga en la vida
Devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?
¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida
Que os abrasaba enteros y no daba un fulgor?...
Devorando alma y carne, y no alcanza a dar flor?
¿Nunca llevasteis dentro una estrella dormida
Que os abrasaba enteros y no daba un fulgor?...
Cumbre de los Martirios!... Llevar eternamente,
Desgarradora y árida, la trágica simiente
Clavada en las entrañas como un diente feroz!...
Desgarradora y árida, la trágica simiente
Clavada en las entrañas como un diente feroz!...
Pero arrancarla un día en una flor que abriera
Milagrosa, inviolable!... Ah, más grande no fuera
Tener entre las manos la cabeza de Dios!
(De Cantos de la mañana, 1910)Milagrosa, inviolable!... Ah, más grande no fuera
Tener entre las manos la cabeza de Dios!
Esta información ha sido recogida del CENTRO VIRTUAL CERVANTES
1 comentario:
Me es un placer presentarme a usted como escritor gracias al comentario que me ha dejado en la página recientemente creada sobre escritores del Altiplano Granadino. Para cualquier comentario o ayuda que necesite y para estar en contacto mi correo electrónico es mampozo@hotmail.com Y, como habrá visto, en la página www.morosycristianosbenamaurel.com aparece bibiografía relacionada con mis publicaciones así como en www.librerianevada.com o bien en Librería Picasso y Babel de Granada podría obtener mis libros que, con todo el gusto del mundo, si es en la Librería Nevada, me acercaría para dedicárselos antes de ser enviados. Sin ´mas, espero mantener el contacto y muchísimas gracias por todo. Un saludo cordial.
Miguel Angel Martinez
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