ARTÍCULO DE OPINIÓN para ONDA CERO ALGECIRAS
CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
El
pasado 25 de noviembre se celebraba con renovada esperanza y a la
vez, profunda tristeza, numerosos actos en contra de la violencia de
género.
Quiero empezar este artículo con la profética cita de la
poetisa griega, Safo de Lesbos:“ Os aseguro que alguien se
acordará de nosotras en el futuro”.
Lo que no predijo fue el por qué.
Así, remontándome en el tiempo recordaré el por qué
de
que se declarara este día como Internacional. Fue en 1981, en
Bogotá, donde las mujeres denunciaron la violencia de género, la
violación y el acoso sexual y se eligió la fecha del 25 de
noviembre para conmemorar el violento asesinato de las hermanas
Mirabal, tres activistas políticas asesinadas un 25 de noviembre de
1960 a manos de la policía del dictador Rafael Trujillo en la
República Dominicana. Sus cadáveres destrozados aparecieron en el
fondo de un precipicio.
Para el movimiento feminista, ellas
simbolizaron la lucha por la libertad de la muje. Más tarde, en 1998
se aprobaría un Plan de Actuación en el Parlamento, que incluiría
numerosas medidas que no se están poniendo en práctica en la
mayoría de los casos.
Actualmente seguimos
enterrando a nuestras mujeres, víctimas del terrorismo doméstico y
víctimas, también, de una sociedad cuya acción más contundente es
la manifestación y el llanto pero que no lucha por la vida de
aquella que se oculta tras unas gafas oscuras cuando va a acomprar el
pan, o de la que no va a recoger a su hijo al colegio por una
supuesta caída por las escaleras, o por aquellas trabajadoras de la
noche que salen a recorrer las aceras con miedo y cubierta de
moratones.
La sociedad es sorda.
Sólo escucha el gemido en los cementerios y no quiere oír los
gritos apagados de mujeres incapaces de marcar al 016 por miedo a la
incompetencia, la soledad y el tener que abandonar sus propios
hogares mientras sus verdugos siguen integrado en la comunidad.
Escritoras
de todo el mundo, desde hace épocas, intentan remediar mediante la
palabra ¡tanto miedo! Ya la gran voz femenina de principios del s.xx
Angela Figuera, denunciaba la violencia machista con su poema “No
quiero que me tapen la boca cuando digo NO QUIERO”. O
la escritora Gioconda Belli, importante activista por la igualdad de
la mujer, citaba: “Me
levanto orgullosa todas las mañanas y bendigo mi sexo”.
Y Dulce Chacón, entre otras muchas, que además de publicar la
novela “Un amor que no mate” forma parte de la Plataforma de
Mujeres Artistas contra la Violencia de Género.
Es difícil en 40
líneas resumir mi BASTA YA rotundo contra la lacra de aquel que deja
a un lado el calificatico de HOMBRE en el momento que alza, no ya la
mano, si no la voz, a una mujer para imponer su autoridad, y lo hago
con la más potente de las armas, LA PALABRA.
Si me lo permiten, me
gustaría terminar con un poema que escribí para la Fundación Ana
Bella, asociación de ayuda a mujeres maltratadas y que leí en uno
de los actos a los que fui invitada:
No hay tsunami en el
universo
capaz de remover mis
entrañas
No existe huracán en
el mundo
que espante mis ideas
No hay diluvio en mi
vida
que me impida ver una
sonrisa.
Se agotaron ya las
lágrimas
a escondidas tras la
puerta de la alcoba.
Caducó ya cada palabra
insolente y maldecida
por tu furia.
Se consumió ya cada
inútil gesto
que forzaba para
calmarte.
Sobreviviré, sí,
Y ahora cuando mis
lágrimas
rocen mis labios,
serán de alegría por
estar viva.
Y ahora cuando en la
casa solo
queden ecos de
silencios,
será para saborearlos.
Y ahora cuando recorra
las calles de mi
infancia,
será para olvidarte.
Hay más luz en el
túnel
que la tupida nube que
me ofrecías.
Hay más flores en el
campo
que en los cementerios
de tu mente.
Hay más puertas
abiertas
que en la cárcel de
tus desprecios.
Sobreviviré, sí,
Y resurgiré de mis
rescoldos
como el ave fénix,
para descubrir minuto a
minuto,
hasta el último día
de mi camino,
una vida maravillosa,
sin TI.
Nurya Ruiz