Y aquí le pueden ver repartiendo sus gaviotas de papel |
La Niña del Lago
La niña sentada a orillas del lago,
Leyendo poesía de su libro Azul,*
Te muestra que todo, no está tan cambiado,
Hay gente que sueña, lo mismo que tú.
Son los que leyendo de un mundo de ensueño,
Mundo de romance, reino del amor,
Sienten que ellos pueden también ser los dueños
De los sentimientos, que brinda un autor.
Sueñan ser amados como en la poesía,
Por seres perfectos de muy suave voz
Que al hablar envuelvan con la melodía
Que solo se escucha cuando habla el amor.
La niña del lago levanta los ojos,
Viendo que la tarde ya casi pasó,
Leyendo poesías se le hizo tan corta,
Que dubitativa... mira su reloj.
Con pena, suspiros, recoge sus sueños,
Los guarda entre hojas de su libro Azul,*
Y por un sendero se nos va corriendo,
Ha vuelto este mundo, de tanta inquietud.
Leyendo poesía de su libro Azul,*
Te muestra que todo, no está tan cambiado,
Hay gente que sueña, lo mismo que tú.
Son los que leyendo de un mundo de ensueño,
Mundo de romance, reino del amor,
Sienten que ellos pueden también ser los dueños
De los sentimientos, que brinda un autor.
Sueñan ser amados como en la poesía,
Por seres perfectos de muy suave voz
Que al hablar envuelvan con la melodía
Que solo se escucha cuando habla el amor.
La niña del lago levanta los ojos,
Viendo que la tarde ya casi pasó,
Leyendo poesías se le hizo tan corta,
Que dubitativa... mira su reloj.
Con pena, suspiros, recoge sus sueños,
Los guarda entre hojas de su libro Azul,*
Y por un sendero se nos va corriendo,
Ha vuelto este mundo, de tanta inquietud.
Tu Espalda
Tu espalda es mi descanso mi sosiego,
es la calma después de haberte amado,
tu espalda es el refugio donde llego
a lamer mis heridas, angustiado.
Tu espalda es taller de mi poesía
por las noches que paso desvelado,
tu espalda tiene el fin de cada día,
con el sueño y un beso ya cansado.
Y si todo se me hace cuesta arriba,
si la vida se ensaña con mi vida,
más que nunca tu espalda es necesaria.
cuando es dura la mano del destino,
tu espalda, es altar donde me inclino
para elevar a Dios... una plegaria.
es la calma después de haberte amado,
tu espalda es el refugio donde llego
a lamer mis heridas, angustiado.
Tu espalda es taller de mi poesía
por las noches que paso desvelado,
tu espalda tiene el fin de cada día,
con el sueño y un beso ya cansado.
Y si todo se me hace cuesta arriba,
si la vida se ensaña con mi vida,
más que nunca tu espalda es necesaria.
cuando es dura la mano del destino,
tu espalda, es altar donde me inclino
para elevar a Dios... una plegaria.
Se la dedicó a Doña Elsa, su esposa
desde entonces le espera
con vino fresco
Pueden seguir a este maravilloso poeta, encantador de sueños, en:
1 comentario:
Hola, muy interesante tu pagina, con placer me encuentro con Don Ramon, hace un tiempo le escribi un email porque supe de el a traves de un centro literario en Miami, pero no me contesto. Me encantaria saber si hay forma de localizarlo. Su correo fue transmitido a mi y a otros miembros del Cove Rincon Int. de Miami quienes creo lo conocieron en Bs. As. Yo estuve alli hace 9 años pero no sabia de el entonces. Gracias.
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