El pasado sábado por la tarde los escritores Emilio Ríos, Carmen S. Melgar y yo nos desplazamos hasta Cádiz (capital), a su casco antigüo cerca del Falla, para asistir a un taller de poesía erótica impartido por la escritora Rosario Troncoso.
En dos horas de taller, en una de las plantas de la librería Alejandría pudimos disfrutar desde la poesía del medievo a los contemporáneos, aderezado con fresas con chocolate y realizando escritura automática, un Cadáver Exquisito y poemas individuales.
Al finalizar el taller, nos honró con su presencia y con sus poemas, la escritora Pepa Parra, escritora puntera en la actividad cultural andaluza actual.
POEMA SOBRE LA SENSACIÓN DE COMER FRESAS Y CHOCOLATE
I
El ósculo negro
envuelve mi lengua
atorando mi garganta
con ansias de más
que no me llena
y quiero más, más, más.
Nurya Ruiz
II
La sangre del fruto prohibido,
para mis sentidos trasnochados,
envuelve mi aliento de deseos inconfesos
mientras mojo los labios ensangrentados
entre mis dedos de chocolate.
Nurya Ruiz
UN CADÁVER EXQUISITO entre todos los componentes del taller
(tema: se me ha caído una lentilla en la playa y el oyente no lo sabe. Cada uno escribimos un verso endecasílabos (los que pudimos) y salió esto.)
De mi ojo te desprendes a mi boca
palpo y grito buscándote en la noche
por pequeña no menos deseada,
se acomoda lubricada y sujeta,
con mis dedos te introduzco en mi boca,
tu fulgor apagado con saliva,
te alejas de mi con una sonrisa,
la empujo con saliva y me la meto
en mi lengua recuperé tu empuje.
POEMA FINAL DE CORTE ERÓTICO-BURLESCO
(cada uno creamos un poema erótico de distintos cortes, para recitarlo a la escritora invitada, Josefa Parra, yo elegí el corte burlesco).
Se desinfla tu hombría
bajo mis pies de acero,
puñaladas traperas
atravesaron en la noche
tu piel rugosa,
la uvi de las cicatrices
acudieron en mi auxilio
y con dos zurcidos,
sanaron tu agonía.
No quise ver el quirófano,
ni sus manos rozando tu armadura,
solo pude decir
cuando todo acabó,
con voz sumisa y temblorosa:
¿me la puedes meter en el coche?
Y el cirujano de tu dermis,
con ojos como platos,
cabizbajo y sonrosado,
me la metió, sin corazón,
¡hasta el fondo!
y mi rueda de repuesto
durmió de nuevo
entre vaivenes de asfalto
sin pasado.
Nurya Ruiz
La tarde, fría, melancólica, con los suelos de siglos, mojados por la fina lluvia de primavera que nos acompañó durante la noche, mientras recorrimos (al terminar el taller) los bares más típicos de una Cádiz emblemática y orgullosa de su histórico pasado.
1 comentario:
Me encantó y me reí mucho con tanta originalidad
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