Ayer Viernes, 3 de Septiembre el partido comunista de Algeciras quiso hacer un homenaje a nuestro gran poeta Miguel Hernández, en el centenario de su nacimiento, en un lugar emblemático de Algeciras como es La Plazoleta San Isidro con su iglesia del siglo XIX que alberga en su interior a la imagen del llamado popularmente “Señor de Algeciras”o "Cristo de Medinaceli", una talla de Jesús Cautivo y Rescatado, obra del escultor Carlos Bravo Nogales, realizada en 1944, y que ya en el XVIII los vecinos poblaban las inmediaciones de esta plazoleta con sus labores de agricultura, huerta y sembrado.
Además yo nací en esta hermosa Plazoleta de San Isidro, justo en frente de la iglesia, por eso cuando fui invitada a participar por este partido lo agradecí doblemente, primero porque al no pertenecer a sus filas, contaran conmigo como poeta de Algeciras para el homenaje y segundo, por los recuerdos de infancia tan maravillosos que tengo de este lugar.
Al homenaje asistimos 13 poetas y el cantautor Paco Cifuentes. Cada uno de nosotros leyó poemas de Miguel Hernández y poemas propios. En mi caso yo me decidí por leer de Miguel un fragmento de carta enviada a Josefina Manresa en 1939 y la nana de la cebolla y de mi autoría un poema de mi libro titulado Olvidas algo y otro del segundo titulado Mi destino.
Tengo que agradecer a mi buena amiga y gran escritora catalana Mª Teresa Bravo Bañón porque fue ella la que me mandó el fragmento y la nana y le entusiasmó la idea de que yo lo leyera.
Asistieron al acto:
MªEugenia Reyes
Ana Mª Rdguez
Pepe Tello
Maria Quirós
María Cubero
Paola Tobalina
Chus Feteira
Rosario Pérez
Steward Mundini
Nuria Ruiz
Tito Muñoz
S.Sotomayor
Juan J. Tellez
El cantautor Paco Cifuentes
MIGUEL HERNÁNDEZ HIZO DE LA PALABRA SU MEJOR ARMA
FRAGMENTO DE CARTA ENVIADA A JOSEFINA MANRESA (12-9-1939)
Mi querida Josefina
Estos días me los he pasado cavilando sobre tu situación cada día más difícil.
El olor de la cebolla que comes me llega hasta aquí, y mi niño se sentirá indignado de mamar y sacar zumo de cebolla en vez de leche, para que lo consueles, te mando esas coplillas que le he hecho, ya que aquí no hay para mí otra cosa que hacer que escribiros a vosotros y deseperarme.
¡Pobre cuerpo!, entre sarnas, piojos, chinches y toda clase de animales, sin libertad, sin tí Josefina y sin tí Manolillo de mi alma, no sabe a ratos qué postura tomar y al fin toma la de la esperanza que no se pierde nunca.
Así veo pasar un día y otro día esperanzado y deseoso de correr a vuestro lado y meterme en nuestra casa y no saber en mucho tiempo nada del mundo, porque el mundo mejor está entre tus brazos y en los de nuestro hijo.
¡ay!Josefina mía, no nos queda otro remedio que aguantar todo lo malo que nos viene y nos puede venir,para el día que nos toque aguantar lo bueno, ¿verdad que llegará ese día? Yo nunca he dudado de que llegará y que seremos más felices que hasta aquí hemos sido.
Esta separación nos obliga a respetar a nuestro Manolillo más que respetamos al otro, Manolillo del que no dejo de acordarme nunca. Dentro de un mes hará un año que se nos murió y a mi me cuesta trabajo creer que ha pasado un año desde que cerró nuestro primer hijo, los ojos más hermosos de la tierra. Dios a quien tú tanto rezas hará que el día 19 de octubre lo pasemos juntos, iremos a dar una vuelta al campo y si tú eres decidida, visitaremos la tierra donde nos espera.
Cuando te sea posible, come mucha fruta y mucho vegetal principalmente patatas, es lo que más conviene a tu salud y a la de nuestro sinverguencilla.
Si supieras que ganas tengo de oir su voz, ¡se me ríen los huesos sólo de imaginarlo!, conque mira lo que me voy a reír el día que lo oiga de verdad.
Manolillo, adiós , un beso, pum, otro beso, pum, otro, otro, pum, pum, pum. Josefina, recibe para ti y para nuestro hijo y para nuestros hijos mayores el cariño encerrado y empiojado y perdido de tu preso Miguel. Adiós.
MI DESTINO (Nuria)
A veces, el murmullo ensordece mi alma
y creo escuchar palabras inconexas
que me hieren las entrañas.
Otras, el silencio me despierta de mi sueño
y con su música aspirada
me descubre una realidad que me hace daño.
Entonces, el tic tac del reloj me recuerda
que huir hacia el pasado
sólo deja cicatrices,
que correr sin saber hacia donde
sólo sirve para no pensar.
Y me doy cuenta, cuando huelo tu piel
muy cerca, con ese haz de luz
que desprende tu mirada cuando
me observas callado, que mi alma
se vuelve pura, que mis sueños son
realidades como puños, que andar despacito
por el laberinto de mis sentimientos
me auxilia en mis derrotas y que
seguirte tres pasos por detrás
sin perderte de vista es el mejor modo
de saborear pausadamente mi destino,
que es el tuyo.
Al final del acto nos obsequiaron con un librito de poesía "Nuestro nombre en las piedras" de Mª Eugenia Reyes.
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